101 Historias para compartir
Club101m


101mujeres Me llamo Valentina, tengo 14 años,  adoro a los perors y soy curiosa como un cachorro. Me gusta escuchar música y bailar sola en mi recámara. Quisiera estudiar estudiar biología, o algo que tenga que ver con la vida y la naturaleza.   


Las historias de Valentina

  • Cambiar el ritmo, cambiar la historia

  • Otros ojos
  • Otros ojos


    ¿Te ha pasado que algo que debería ponerte feliz, en realidad te pone triste? ¿Has tenido que fingir que no pasa nada y eso te ha puesto todavía más triste?

    Hasta hace poco yo vivía en una casa bastante lejos de todo, y aunque no estaba nada padre perder horas para ir a cualquier lado, o que mi calle se inundara en época de lluvias, ya estaba súper acostumbrada y había muchas cosas que me gustaban. Pero resulta que mi familia aprovechó una buena oportunidad y empezando las vacaciones nos mudamos a un departamento más céntrico, y sí, es una colonia más bonita, hay mejores servicios y sobre todo los lugares de trabajo de mis padres están mucho más cerca, así que obviamente ellos están felices, no se diga mi hermana, que se siente soñada por vivir en un barrio más fresa.

    Recién nos mudamos yo estaba enfadada porque sentía que mi familia no me había tomado en cuenta, pero la verdad es que sí me preguntaron, solo que como los tres tenían muy buenas razones para mudarnos me aguanté y no les dije lo que yo sentía. Por eso ahora cosas tan tontas como no saber dónde hay un mercado me ponen triste, y para colmo el tianguis al que solía ir a despejarme ahora me queda bien lejos. Pero lo que más me duele, es que con lo difícil que me resulta hacer amigos, voy a tener que resignarme a vivir solitaria y triste sin importar que viva en un lugar más bonito.

    ValentinaLa semana pasada mi familia organizó una reunión para que el resto de la familia y los amigos conocieran el nuevo depa, y mientras todo el mundo celebraba feliz yo seguía muy triste. No quise arruinarles la fiesta con mi cara larga, así que le pedí a mi primo que me acompañara a la tienda por refrescos. Mi primo iba encantado, no sólo le parecía muy bonito el edificio, dijo que ahora que estamos más cerca podía venir a visitarnos más seguido y eso también a mí me puso de buenas. Al verme más contenta me propuso que antes de ir a la tienda fuéramos a dar una vuelta para conocer mi nuevo rumbo.

    No cabe duda que para adaptarse a los cambios a veces hace falta ver las cosas con otros ojos, en este caso los de Sebas, mi primo. En esa vuelta que dimos descubrimos que a pocas calles hay un parque muy bonito, y justo enfrente del parque un ¡refugio para perritos! Así que desde ese día, la posibilidad de poder ir a verlos me ha animado un poco.

    Y aunque todavía extraño mucho mi antiguo cuarto y no se diga las ganas que tengo de ver a mis amigos, algo que me ha ayudado es tratar de ver las cosas como lo hacen los otros. Por ejemplo, por estar sumida en mi pesimismo no me había dado cuenta, hasta que mi mamá me dijo, que desde que vivimos aquí hemos estado comiendo más rico, y todo gracias a que ahora mi papá llega más temprano y tiene tiempo de preparar mejores platillos.


    Cambiar el ritmo, cambiar la historia


    ValentinaÚltimamente he estado pensando mucho en la música que está de moda. Ya sabes, lo que escuchamos por todas partes: reguetón, corridos tumbados, trap y todas esas canciones que se nos pegan aunque no queramos. No es que las odie como lo hace mi hermana y otra gente, de hecho varias canciones me gustan y algunas hasta me hacen bailar, pero el otro día que iba en el camión y se quedaron sin batería mis audífonos, me vi obligada a escuchar lo que el chofer venía escuchando. Mientras miraba el paisaje puse atención a las letras, la verdad siempre me había dejado llevar por el ritmo sin fijarme en lo que dicen y ¡vaya sorpresa! ¿Por qué nos gustan?

    Obvio que muchas letras son románticas y no negaré que hay canciones divertidas, pero la mayoría son descaradamente ofensivas, hablan de las mujeres como si sólo fuéramos objetos cuyo valor radica en cómo nos vemos o qué hacemos para complacer a otros. La verdad no está padre, de hecho es horrible. Algunos dirán que son solo canciones y que no pasa nada, pero la música puede ser muy poderosa para influenciar a la gente y difundir ideas, y con ese tipo de letras, no faltará el que se tome las letras en serio y nos acose, o peor tantito, no quiero ni pensarlo.

    Así que ese día llegando a mi casa me puse a investigar si existe algún tipo de reguetón menos machista y la verdad no encontré gran cosa, tal vez no supe dónde buscar. Y que conste, no estoy diciendo que debamos cancelar todo un género musical o que nos limitemos a escuchar solo cierto tipo de música porque eso sería imposible y francamente aburrido, pero me gustaría encontrar canciones que reflejen mejor lo que soy.

    Una maestra una vez dijo que “la música es como un espejo que refleja cómo vemos el mundo y cómo nos vemos a nosotros mismos”, y la neta a mí me avergonzaría mucho que me juzgaran por la música que escucho. Así que me pregunto: ¿Por qué seguir escuchando música violenta y ofensiva? ¿Es esto lo que queremos reflejar? ¿Tú qué piensas? ¿Hay canciones que te hagan sentir bien? ¡Compártelas en el foro! A lo mejor podemos armar una playlist que nos represente mejor y si no encontramos nada… ¡pues escribamos nuestras propias letras y hagamos nuestra propia música!

    Todas las historias

    Movimiento 11:59:59